Fijamente.



A Gaspar le molesta su debilidad.
Se desespera cuando está frente a ella y no puede decirle todo lo que siente que debe decirle. Sobre todo cuando está decidido.
Una de sus suposiciones, es que, ella sabe que él quiere decirle a la cara lo mucho que la quiere; y más. Lo sabe. Lo sabe, lo sabe, lo sabe; por eso es que, cada vez que le ve acercarse nervioso, ella enseña su rostro, sus mejillas sonrojadas por el calor de su abrigo, contrastado con el frío del invierno, con su chasquilla, su cabeza inclinada y todo. Sabe. Sabe que si le mira, él se bloqueará una y otra vez, utilizando un lenguaje sin palabras para expresar lo que su debilidad no le deja decir.

9 han escrito lo que sienten:

pepe dijo...

si no lo puede decir, que no lo diga.hágalo :) y sentirá que es lo mismo.. pero en cierta forma es distinto.. pero no deja de ser igualmente lindo.
(:*

.A dijo...

hay que intentar ganr esta lucha de silencio..

Indigente Iletrado dijo...

Me encanta el vértigo que se desata en el estómago cuando alguien se acerca hacia nosotros dejándonos inmovilizados en una breve eternidad que dura apenas unos segundos.

Es una de las cualidades más loables de las personas. Que logren resignificar el tiempo.

rOo RAMONE dijo...

Que no lo piense tanto,
que lo diga tal cual. Sabemos que no es malo.



Un beso.

Ainhoa dijo...

Que puñetera es esa debilidad.

m a r i e dijo...

quiero ver una foto del sobrino ^^

Anónimo dijo...

Cualquiera se siente débil al saber que la vida es hermosa, y que el sufrimiento no es un dolor, si el reflejo de lo que has amado.
Me ha encantado.^.Ç

Anónimo dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Juan J. Pérez Monzón dijo...

Simplemente maravilloso el relato, en el fondo a todos nos cuesta traspasar esa barrera de debilidad... y cuando lo hacemos... Que maravilloso regalo nos espera al otro lado: La Libertad!!

 

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