Cuando llegó la primavera, Tomás y Michelle andaban para todos lados juntos.
Tomás le hablaba de su querida Islandia, mientras que ella le cambiaba el tema, sin darse cuenta, entretenida.
-¿Cuánto viven las mariposas como mariposas?
-Depende de la especie -respondió Tomás.
-¿Cuánto? -insistió, con ese aire de niña tan suyo.
-Un día.
Michelle se quedó con la mirada fija en el acuario lleno de peces de colores.
-¿Por qué lo preguntas?
Ella se lanzó hacia él, colgándose de su cuello.
Ella se lanzó hacia él, colgándose de su cuello.
-No sé. Es que anoche pensaba y... Me da miedo que nosotros seamos de ese tipo de mariposas.
Él la apretó contra su cuerpo y la besó en la frente.
Eso era.
Michelle sonrió.
Comprendió que nunca nunca ocurriría. Ambos no lo iban a permitir.
Él la apretó contra su cuerpo y la besó en la frente.
Eso era.
Michelle sonrió.
Comprendió que nunca nunca ocurriría. Ambos no lo iban a permitir.
9 han escrito lo que sienten:
yo ya quiero saber los nombres de esos pececillos, pero más que eso, quiero ver la cara que pondrás cuando esten contigo
pero más más más que eso,
quiero ver tu cara
peo caca churete :)
Hermoso...
El verdadero amor eterniza las conciencias y hace del misterio una aventura sin fin, en las que podemos reecontrarnos con quienes menos esperamos... a veces con seres que quizá conocimos hace eones...un abrazo y te invito a mi espacio; Claudio.
Vivirían amándose más que una sola mariposa ;) Muás!
yo a veces tambien tengo miedo de ser mariposa...
Un beso
me encantó! :)
saluditos
Tal vez nadie lo iba a permitir.
Seguro que no son como mariposas.
la comparacion cabra solamente dontro de la belleza que los caracteriza... solo ahi.
=0)
un beso nena!
Me gusto me gusto mucho mucho! *.*
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