Rocío estaba en su habitación, con las ventanas abiertas de par en par, sus pinceles en la mano jugueteando con las pinturas y los colores sobre un soporte blanco.
La obra no se entendía -parecía un corazón de muchos colores-, y ella hipnotizada tarareaba imitando la voz del interprete de la canción que ahogaba su llanto.
Usaba mi camisa de franela, sus anteojos negros, la parte de abajo de su pijama y un moño despeinado.
No quise interrumpirla. Pintar era una de las cosas que la liberaba, y en ese momento estaba demasiado inspirada, liberando un sentimiento que no quisiera verle jamás de nuevo.
La música se detuvo. Ella por instinto dejó de mover de un lado a otro sus manos y las dejó caer rozando los bordes de su cuerpo.
Me acerqué y la envolví entre mis brazos; ella se dejó caer, abatida y miró hacia el suelo.
-No digas nada -me adelanté para que no sintiera la obligación de explicarme el porqué de todo eso.
Giró hasta quedar frente a mi. Me sorprendió su rostro, pintado de muchos colores, con las huellas de un par de lágrimas como si fuese un mapa de tristeza.
-Te amo -susurró con la voz entrecortada.
Yo no dije nada, sólo la aferré con más fuerza hacia mi.
-¿Puedo pedirte un favor?
Asentí rápidamente con la cabeza.
-Nunca... Nunca dejes de abrazarme...
La obra no se entendía -parecía un corazón de muchos colores-, y ella hipnotizada tarareaba imitando la voz del interprete de la canción que ahogaba su llanto.
Usaba mi camisa de franela, sus anteojos negros, la parte de abajo de su pijama y un moño despeinado.
No quise interrumpirla. Pintar era una de las cosas que la liberaba, y en ese momento estaba demasiado inspirada, liberando un sentimiento que no quisiera verle jamás de nuevo.
La música se detuvo. Ella por instinto dejó de mover de un lado a otro sus manos y las dejó caer rozando los bordes de su cuerpo.
Me acerqué y la envolví entre mis brazos; ella se dejó caer, abatida y miró hacia el suelo.
-No digas nada -me adelanté para que no sintiera la obligación de explicarme el porqué de todo eso.
Giró hasta quedar frente a mi. Me sorprendió su rostro, pintado de muchos colores, con las huellas de un par de lágrimas como si fuese un mapa de tristeza.
-Te amo -susurró con la voz entrecortada.
Yo no dije nada, sólo la aferré con más fuerza hacia mi.
-¿Puedo pedirte un favor?
Asentí rápidamente con la cabeza.
-Nunca... Nunca dejes de abrazarme...
10 han escrito lo que sienten:
Como una flor verde escondida bajo una piedra, como una Muñeca bajo su cama o quizas un Mimo bajo su escritorio.como el viento, ese viento que empuja suavemente al verano.. desplazandolo y guardando todo lo hermoso entremedio de las paginas de una agenda.
Yetem(L
(:*
Y son un par pintandose promesas :)
Encanto!
un corazon de varios colores, lentes negros y un moño despeinado? :0
Pero prométeme que...
nunca, nunca me dejarás de abrazar, nunca.
¡Bonito!.
Beso,
;)
leerte a las casi 5 de la madrugada es excelente
Vaya momentazo, joe... yo me quedaría con el alma helada...
Besicos
:)))))) muy bonito el texto.
Me alegró saber que se te pegó lo "bonito" de mi publicación. Es reconfortante saberlo.
merci
Ojalá pudiéramos vivir abrazados. Una especie de simbiosis gráfica pero intensa. Un abrazo interminable, que alimente más que el aire.
Qué lindo espacio creaste acá :) Me gustó mucho.
Ana F.
nos gusto tu blog y por eso decidimos dejarte un comentario :)
saludos :)
esperamos el tuyo !
Lindo el final!
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