A Michelle no le gusta ir a dormir sin antes haber hablado con Tomás.
Lo espera horas, pero el no llega, no llega.
Comienza a recordar todo lo bonito que le ocurre cuando están juntos, pero terriblemente, su ausencia puede más.
A veces se pone a comer cereales de chocolate, pero se aburre. Cuando no le dice lo que sea, se aburre. Y se desanima un montón.
Papá le dice que Santi la espera para que le lea un cuento, y no se le ocurre cual.
Siempre le inventa cuentos, pero cuando no habla con Tomás, los saca del libro de cuentos que Estela le regaló para su cumpleaños.
-Había una vez... -comienza la chica, con una notoria desconcentración.
-¿Estás bien Michelle?
-Sí -mintió.
Pero los niños no son tontos, no no. No lo son.
-Micheeelle... -masculló, esta vez, con el tono que usan los adultos cuando descubren a un niño que dice mentiras.
Ella le sonríe, pero no se le nota.
Santiago la mira. La estudia y la invade.
Nerviosa, Michelle dice la verdad con los ojitos cerrados.
-No Santi, no mucho.
El pequeño, oliendo su tristeza, la abraza. La abraza y le inventa cuentos para que ella se quede dormida, mientras trata de no extrañarlo.
No extrañarlo, en vano.
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6 han escrito lo que sienten:
Los niños perciben muchas mas cosas cualquier par de enormes ojos. Muy tierno escrito.
tan imposible.
Extrañaba tanto pasar por aquí,
ya que te leo hasta duermo tranquila :D
Un beso franelí!
sí es dificil no extrañar a alguien cuando le quieres, qué bonito eso de que te cuenten un cuento :)
un beso!! feliz día...
he querido dibujar
que tierno, demasido^^
muy lindo
a Gatin le va a dar pena siesque un dia aprende a leer y lee esto.
hazle cariño, pero así como te dije ' 3'
(L
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